En un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental, es fundamental poder identificar si un producto realmente cumple con los estándares de biodegradabilidad.
Comprueba el tiempo de descomposición
Un producto biodegradable debe descomponerse en un periodo razonable sin dejar residuos dañinos. Aunque no existe una regla exacta, un producto debe desintegrarse completamente en un plazo de 6 meses a 5 años, dependiendo del material
Investiga los materiales utilizados
Los productos verdaderamente biodegradables están hechos de materiales naturales que se descomponen fácilmente, como:
- Plásticos biodegradables hechos de almidón de maíz, caña de azúcar o celulosa.
- Papeles reciclados o sin blanquear que no contienen productos químicos peligrosos.
- Bambú, que es un material biodegradable y sostenible ampliamente utilizado para
utensilios, cepillos de dientes y otros productos. - Fibras naturales, como algodón o lino, que se descomponen sin dejar residuos.
Evita los productos que afirman ser biodegradables pero contienen ingredientes sintéticos, como
plásticos oxodegradables, que se descomponen solo en pequeñas partículas, lo que contribuye a la
microcontaminación.
Evita productos con microplásticos o plásticos oxodegradables
Algunos productos etiquetados como biodegradables pueden contener plásticos oxodegradables, que no se descomponen de manera efectiva en el medio ambiente. En lugar de biodegradarse completamente, estos plásticos simplemente se desintegran en partículas más pequeñas (microplásticos), que son muy dañinas para los ecosistemas marinos y terrestres. Asegúrate de que el producto sea realmente biodegradable y no solo “oxodegradable” o “biobasado”.
No te dejes engañar por términos ambiguos como “natural”, ya que estos no siempre garantizan que un producto sea biodegradable. Al elegir productos verdaderamente biodegradables, contribuyes a la reducción de la contaminación y promueves un estilo de vida más sostenible.